martes, 24 de mayo de 2011
Estas aquí
Tiempo
26/10/2009
Aquí me encuentro en esta noche de hiriente recuerdos,
sentada en el frío e inflexible suelo de esta habitación
por la cual tantas veces transcurriste.
En mi rostro se refleja el llanto del alma
que al recorrer mis mejillas es como
si de una carrera se tratase.
Rendida ante el recuerdo de que ya tu cuerpo
no acompaña al mío en este mundo terrenal,
ni tu alma se funde con la mía haciéndose una sola,
esta noche intento aceptar el hecho de no poder
rozar esos labios en los cuales podía perderme,
ni rozar tu cintura con mis brazos,
haciendo posible un acercamiento profundo
de cada milímetro de nuestra piel.
Hoy viendo a través de la ventana,
donde cada mañana posabas tu mirada para observar
el acelerado ritmo de la ciudad,
me doy cuenta de lo imponente que era tu postura
cuando algo te importaba o te interesaba,
con esa piel canela y ojos atigrados lograbas lo que quisieras,
mientras tus rizos castaños bordeaban tu rostro
sin vacilación alguna,
volteabas a verme con una mirada que envolvía
todos mis sentidos y me hacia no querer
desviar mis ojos hacia otro lugar.
Hoy solo le pido a Dios tiempo y valor
para lograr no sucumbir de desolación
al no tener tu presencia junto a la mía.