una huida desoladora,
una partida silenciosa...
calcinante...
tan fugaz...
tan extraña...
con tanto apremio.
Pero...¿hay algo más doloroso que no estés conmigo?
Si, y es mi esperanza de que regresarás...
Es una esperanza ínfima, pero poderosa,
delimitante en mis razonamientos lógicos...
angustiante que frena mi senda, no me permite caminar,
ni crecer, ni avanzar.
Es tan mínima esta esperanza,
que en mi nevera siempre hay helado de chocolate para ti,
que en mi radio siempre se escucha tu cd,
el que grabaste para nosotras,
el que me dedicaste aquella noche llena de caricias y promesas...
Es tan mínima esta esperanza que en mi mesita miro el retrato de nosotras dos,
tomadas de la mano,
frente al lago que decías tenía nombre de postre...
No dejo mi celular por nada del mundo,
aunque timbre en clases y todos me miren con cara de hastío,
por si llamas, por si me dejas escuchar esa voz de niña..
.por si me necesitas...
por si reclamas tu trono...
Y en las madrugadas, me quedo en línea en nuestro sitio secreto,
por si te conectas, por si te contactas...
Es tal mi aferro a esta esperanza, que algún tipo de telequinesis he logrado,
ya que el timbre de nuestra casa suena al menos una vez al día,
sin que haya nadie en la puerta...
Es tan pequeña, pero tan poderosa esta esperanza
que me duele más tenerla que tu ausencia....
Pero por sobre todas las cosas,
siempre...
Siempre, te amaré
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